El mismo machismo que culpabiliza a las mujeres de sus violaciones, es también el que espera que una mujer violada se esconda, no denuncie o denuncie anónimamente y cargue con el estigma de ser una víctima arruinada y marcada para siempre.
Si para el patriarcado la “buena violada” es la que se entierra en vida, las mujeres que hablan en este reportaje son “malas violadas”
#Muerta sí te creo: No creemos a las mujeres. A las víctimas de otros delitos, sí. Nadie duda a priori de un robo ni de un hurto, y desde la crisis las denuncias falsas por este tipo de delito aumentaron para poder cobrar seguros.
Somos perfectamente capaces de apreciar un robo con intimidación en un portal de Pamplona si cinco hombres rodean a una señora y, sin más, le “piden” el bolso. Nadie se plantea que se lo diera voluntariamente porque tuviera ganas de ser robada. Nadie le exige que diga “no”. Pero dudamos de la intimidación a una joven rodeada de cinco animales autodenominados “manada”.
¿Creer o no creer a las mujeres?: La credibilidad de las víctimas es el verdadero desafío social, sea en las audiencias del Senado sobre el juez Kavanaugh o en las últimas muertes en España.
"Solo una cuarta parte de las mujeres asesinadas por sus parejas habían denunciado y las que se han atrevido a hacerlo han muerto desprotegidas."
"Solo una cuarta parte de las mujeres asesinadas por sus parejas habían denunciado y las que se han atrevido a hacerlo han muerto desprotegidas."
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