Más de 300 curas, acusados de abusar sexualmente de un millar de niños en Pensilvania.
Los líderes religiosos, que estaban al tanto de la sórdida situación, decidieron proteger a la iglesia y a los abusadores, antes que a las víctimas: "Lo principal no era ayudar a los niños, sino evitar el escándalo".
El número total de víctimas será imposible de averiguar con exactitud ya que muchos dossieres se perdieron y muchas de las personas que fueron violadas o abusadas no denunciaron por miedo.
La mayor parte de las víctimas fueron varones, aunque también hay chicas, y entre ellos adolescentes y muchos preadolescentes. "Algunos fueron manipulados con alcohol o pornografía. A algunos les hicieron masturbar a sus agresores, o fueron manoseados por ellos. Algunos fueron violados oralmente, algunos vaginalmente, algunos analmente", explica el jurado en el documento.
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