En el 2002, con 17 años, llegó a España vendida por 300 euros por una red de trata que operaba desde Rumania. Pasó por 40 prostíbulos. Logró salir cinco años después, una vez que la consideraron descartable. Se define como una “combatiente” contra la trata. Tomó conciencia de la esclavitud a la que la sometieron a partir del descubrimiento de lecturas feministas.
Articulo de Sonia Santoro
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